Tirado en el suelo, esperaba, con los ojos fijos en el techo, aunque, realmente, no había nada interesante que ver en él. Hacía calor, y casi por la pereza que ese mismo hecho le producía, solamente alcanzaba a abanicarse un poco con la mano, como para que el aire del ventilador le llegara mejor. No había nada que hacer, y eso que el ordenador estaba encendido, y el chat de los Dollars abierto. Más concretamente, una conversación privada con el usuario la usuaria, técnicamente Kanra.
De eso, y de que se había desconectado sin siquiera esperar respuesta, hacía un buen rato. No hab&